martes, febrero 26, 2008
Sorpresa
Ayer por la tarde fui a realizar mis tareas laborales.
Después de hacer una lectura de contadores (cosa que no me gusta nada) y pensando que tenía que volver a encerrarme entre cuatro paredes de cara a la pantalla, demoré mi llegada al trabajo con un breve paseo sin rumbo.
Fue casualidad. Llevaba mi música en el paseo pero de repente decidí cambiar de canción y paré el teléfono en busca de otra canción que me apetecía escuchar.
Observé en la calle. Vi a una madre con sus tres hijos esperando en la puerta de un portal, no me gustó mucho lo que vi, porque la madre pasaba olímpicamente de los niños y ello daban vueltas con una bicicleta demasiado pegados a la gente que pasaba por allí. Se veía a la legua que estaban mal criados y mal educados.
De repente un chico joven, de unos treinta años y de color salió del portal. Uno de los "fieras" de unos 7 u 8 años (no calculo muy bien la edad de los niños) lo miró de arriba a abajo con cara de asco y exclamó: "Pero tú!!, ¿de qué selva has salido?
La madre seguia a su rollo, mirandose las uñas, ni siquiera se enteró de lo que su hijo acababa de decir.
A mi me entraron ganas de pincharle las ruedas de la bicicleta.
Llevo todo el día dándole vueltas.
Después de hacer una lectura de contadores (cosa que no me gusta nada) y pensando que tenía que volver a encerrarme entre cuatro paredes de cara a la pantalla, demoré mi llegada al trabajo con un breve paseo sin rumbo.
Fue casualidad. Llevaba mi música en el paseo pero de repente decidí cambiar de canción y paré el teléfono en busca de otra canción que me apetecía escuchar.
Observé en la calle. Vi a una madre con sus tres hijos esperando en la puerta de un portal, no me gustó mucho lo que vi, porque la madre pasaba olímpicamente de los niños y ello daban vueltas con una bicicleta demasiado pegados a la gente que pasaba por allí. Se veía a la legua que estaban mal criados y mal educados.
De repente un chico joven, de unos treinta años y de color salió del portal. Uno de los "fieras" de unos 7 u 8 años (no calculo muy bien la edad de los niños) lo miró de arriba a abajo con cara de asco y exclamó: "Pero tú!!, ¿de qué selva has salido?
La madre seguia a su rollo, mirandose las uñas, ni siquiera se enteró de lo que su hijo acababa de decir.
A mi me entraron ganas de pincharle las ruedas de la bicicleta.
Llevo todo el día dándole vueltas.
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Como ni soy politico ni soy correcto, a veces resucitaría el tan inócuo y liberador bofeton de mano abierta...s lo que me sale del alma, es poner las cosas en su sitio.
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