Adhará

Por extrañas razones de la vida y a pesar de él estar colado por la que a los 17 años era mi mejor amiga, y yo colada por él le aconsejaba constantemente lo que tenia que hacer para ligársela, David y yo acabamos haciéndonos novios formales.

Un chico encantador que se preocupó durante el primer año de regalarme una rosa cada mes que cumplíamos y tener miles de detalles conmigo. El segundo año a colmarme de todos los caprichos que yo tenía y el tercer año a amargarme la vida de vez en cuando, porque se había dado cuenta de que éramos demasiado jóvenes para tener una relación tan formal, en la que se nos quedaba cara de tontos cada vez que sus padres decían: “Cuándo os caséis.......” (Dios!!! El tenía 2 o 3 años menos que yo!!!!!!!!!).

Su familia es la mejor gente que me he cruzado hasta el momento. Nunca jamás he tenido unos suegros como los padres de David y en su casa me he sentido SIEMPRE como una más de la familia. Tengo muy buenos recuerdos de ellos y por supuesto nos seguimos parando por la calle cuando nos encontramos y nos entretenemos un rato poniéndonos al día con nuestros últimos acontecimientos familiares.

David acabó saliendo con una amiga que teníamos en común, justo mientras yo andaba en Salisbury estudiando inglés (¿os he dicho ya que he estado 3 meses en Salisbury?), yo 3 meses acordándome de el (e intentando olvidarlo), y él mientras saliendo con ella. En cuanto llegué a España, la primera vez que salí por la City me lo encontré muy “acaramelado” con ella. Supongo que esto fue el detonante para que dejáramos de hablarnos.

Desde aquellos años (más de 10) me lo he encontrado en 2 ocasiones. Una cuando me examiné del carnet de conducir que el también se examinaba.
Era mi cumpleaños. Me acerqué, le pregunté: - ¿Qué tal el examen?
Y él me contestó: - Bien, gracias. Felicidades por tu cumpleaños.
Yo: - Gracias, pensaba que no te acordarías.
David: - Tengo prisa, Adiós.
Yo: -Adiós.

La otra vez fue el año pasado casi por estas fechas en el cumpleaños de mi amiga Maria. Él estaba en el mismo bar donde nosotras con una chica rubia. Mis amigas me avisaron que él estaba allí pero que no había saludado a ninguna de ellas (las conoce a todas y en teoría se llevaba estupendamente con todas ellas), así que me hice la loca y ni siquiera giré la cabeza, a pesar que me moría de curiosidad por ver como era su novia.

Me encantaría tomar un café un día con él. Preguntarle qué tal le va la vida, que me contase, no se, tengo curiosidad y a pesar de llevar casi 10 años sin hablar con él guardo su recuerdo con mucho cariño.