jueves, abril 28, 2005
Melancolía
Joaquín Sabina - Malas Compañías
Calle melancolía
Como quien viaja a lomos de una yegua sombría,
por la ciudad camino, no preguntéis adónde.
Busco acaso un encuentro que me ilumine el día,
y no hallo más que puertas que niegan lo que esconden.
Las chimeneas vierten su vómito de humo
a un cielo cada vez más lejano y más alto.
Por las paredes ocres se desparrama el zumo
de una fruta de sangre crecida en el asfalto.
Ya el campo estará verde, debe ser Primavera,
cruza por mi mirada un tren interminable,
el barrio donde habito no es ninguna pradera,
desolado paisaje de antenas y de cables.
Vivo en el númeor siete, calle Melancolía.
Quiero mudarme hace años al barrio de la alegría.
Pero siempre que lo intento ha salido ya el tranvía
y en la escalera me siento a silbar mi melodía.
Como quien viaja a bordo de un barco enloquecido,
que viene de la noche y va a ninguna parte,
así mis pies descienden la cuesta del olvido,
fatigados de tanto andar sin encontrarte.
Luego, de vuelta a casa, enciendo un cigarriLlo,
ordeno mis papeles, resuelvo un crucigrama;
me enfado con las sombras que pueblan los pasillos
y me abrazo a la ausencia que dejas en mi cama.
Trepo por tu recuerdo como una enredadera
que no encuentra ventanas donde agarrarse, soy
esa absurda epidemia que sufren las aceras,
si quieres encontrarme, ya sabes dónde estoy.
Vivo en el númeor siete, calle Melancolía.
Quiero mudarme hace años al barrio de la alegría.
Pero siempre que lo intento ha salido ya el tranvía
y en la escalera me siento a silbar mi melodía
Calle melancolía
Como quien viaja a lomos de una yegua sombría,
por la ciudad camino, no preguntéis adónde.
Busco acaso un encuentro que me ilumine el día,
y no hallo más que puertas que niegan lo que esconden.
Las chimeneas vierten su vómito de humo
a un cielo cada vez más lejano y más alto.
Por las paredes ocres se desparrama el zumo
de una fruta de sangre crecida en el asfalto.
Ya el campo estará verde, debe ser Primavera,
cruza por mi mirada un tren interminable,
el barrio donde habito no es ninguna pradera,
desolado paisaje de antenas y de cables.
Vivo en el númeor siete, calle Melancolía.
Quiero mudarme hace años al barrio de la alegría.
Pero siempre que lo intento ha salido ya el tranvía
y en la escalera me siento a silbar mi melodía.
Como quien viaja a bordo de un barco enloquecido,
que viene de la noche y va a ninguna parte,
así mis pies descienden la cuesta del olvido,
fatigados de tanto andar sin encontrarte.
Luego, de vuelta a casa, enciendo un cigarriLlo,
ordeno mis papeles, resuelvo un crucigrama;
me enfado con las sombras que pueblan los pasillos
y me abrazo a la ausencia que dejas en mi cama.
Trepo por tu recuerdo como una enredadera
que no encuentra ventanas donde agarrarse, soy
esa absurda epidemia que sufren las aceras,
si quieres encontrarme, ya sabes dónde estoy.
Vivo en el númeor siete, calle Melancolía.
Quiero mudarme hace años al barrio de la alegría.
Pero siempre que lo intento ha salido ya el tranvía
y en la escalera me siento a silbar mi melodía
Adhará escucha hoy....
Fito & Fitipaldis - Lo más lejos, a tu lado
Corazón oxidado
Todo se derrumba y es tan fácil
Todos mis castillos son de arena
Todo lo que sueño es tan frágil
Todo lo que bebo es tu ausencia
Y mi pobre corazón de hierro
Se me fue oxidando con las penas
Este tengo sueño y no me duermo
Este fuego que ya no calienta
Todo lo que canto es tan estéril
Todas las canciones son la misma
Muy pocas personas, demasiada gente
Diferente sangre de una misma herida
Mi pobre corazón oxidado
Mi pobre corazón encogido
Mi pobre corazón todo el daño
Mi pobre corazón todo lo bueno vivido
Mi pobre corazón lo mas malo
Mi pobre corazón lo divino, lo valiente, lo cobarde, lo esperado, mi virtud y mi defecto, mi barranco y mi camino
Mi pobre corazón no importa que sea pequeño
Mi pobre corazón siempre te hecha de menos
Mi pobre corazón que no le caben ya las penas
Siempre que me duele me lo llevo de verbena
Mi pobre corazón que me mantiene con vida
Mi pobre corazón siempre la luz encendida
Mi pobre corazón que a veces quiere salir
Mi pobre corazón que está enganchado al speed
Mi pobre corazón en directo
Mi pobre corazón en domingo
Mi pobre corazón en pelotas
Mi pobre corazón en Fa sostenido
Y mi pobre corazón se me fue oxidando
Y mi pobre corazón no ves que siempre está llorando
Corazón oxidado
Todo se derrumba y es tan fácil
Todos mis castillos son de arena
Todo lo que sueño es tan frágil
Todo lo que bebo es tu ausencia
Y mi pobre corazón de hierro
Se me fue oxidando con las penas
Este tengo sueño y no me duermo
Este fuego que ya no calienta
Todo lo que canto es tan estéril
Todas las canciones son la misma
Muy pocas personas, demasiada gente
Diferente sangre de una misma herida
Mi pobre corazón oxidado
Mi pobre corazón encogido
Mi pobre corazón todo el daño
Mi pobre corazón todo lo bueno vivido
Mi pobre corazón lo mas malo
Mi pobre corazón lo divino, lo valiente, lo cobarde, lo esperado, mi virtud y mi defecto, mi barranco y mi camino
Mi pobre corazón no importa que sea pequeño
Mi pobre corazón siempre te hecha de menos
Mi pobre corazón que no le caben ya las penas
Siempre que me duele me lo llevo de verbena
Mi pobre corazón que me mantiene con vida
Mi pobre corazón siempre la luz encendida
Mi pobre corazón que a veces quiere salir
Mi pobre corazón que está enganchado al speed
Mi pobre corazón en directo
Mi pobre corazón en domingo
Mi pobre corazón en pelotas
Mi pobre corazón en Fa sostenido
Y mi pobre corazón se me fue oxidando
Y mi pobre corazón no ves que siempre está llorando
CUIDADO
Cuidado con la tristeza. Puede convertirse en un vicio.
viernes, abril 22, 2005
Bodas homosexuales
Nada tienen de especial
dos mujeres que se dan la mano
el matiz viene despues
cuando lo hacen por debajo del mantel
Luego a solas sin nada que perder
tras las manos va el resto de la piel
un amor por ocultar
y aunque en cueros no hay donde esconderlo
lo disfrazan de amistad
cuando sale a pasear por la ciudad.
Una opina que aquello no esta bien
la otra opina que que se le va a hacer
y lo que opinen los demas esta de mas.
Quien detiene palomas al vuelo
volando a ras de suelo
mujer contra mujer.
No estoy yo por la labor
de tirarles la primera piedra
si equivoco la ocasion
y las hallo labio a labio en el salon
ni siquiera me atreveria a toser
si no gusto ya se lo que hay que hacer
que con mis piedras hacen ellas su pared.
Quien detiene palomas al vuelo
volando a ras de suelo
mujer contra mujer.
Una opina que aquello no esta bien
la otra opina que que se le va a hacer
y lo que opinen los demas esta de mas.
Quien detiene palomas al vuelo
volando a ras de suelo
mujer contra mujer.
dos mujeres que se dan la mano
el matiz viene despues
cuando lo hacen por debajo del mantel
Luego a solas sin nada que perder
tras las manos va el resto de la piel
un amor por ocultar
y aunque en cueros no hay donde esconderlo
lo disfrazan de amistad
cuando sale a pasear por la ciudad.
Una opina que aquello no esta bien
la otra opina que que se le va a hacer
y lo que opinen los demas esta de mas.
Quien detiene palomas al vuelo
volando a ras de suelo
mujer contra mujer.
No estoy yo por la labor
de tirarles la primera piedra
si equivoco la ocasion
y las hallo labio a labio en el salon
ni siquiera me atreveria a toser
si no gusto ya se lo que hay que hacer
que con mis piedras hacen ellas su pared.
Quien detiene palomas al vuelo
volando a ras de suelo
mujer contra mujer.
Una opina que aquello no esta bien
la otra opina que que se le va a hacer
y lo que opinen los demas esta de mas.
Quien detiene palomas al vuelo
volando a ras de suelo
mujer contra mujer.
martes, abril 19, 2005
Estaba allí desde el primer momento, en la adrenalina que circulaba por las venas de tus padres cuando hacían el amor para concebirte, y después en el fluido que tu madre bombeaba a tu pequeño corazón cuando todavía eras sólo un parásito.
Llegué a ti antes de que pudieras hablar, antes aun de que pudieras entender algo de lo que los otros te hablaban. Estaba ya, cuando torpemente intentabas tus primeros pasos ante la mirada burlona y divertida de todos. Cuando estabas desprotegido y expuesto, cuando eras vulnerable y necesitado.
Aparecí en tu vida de la mano del pensamiento mágico, me acompañaban... las supersticiones y los conjuros, los fetiches y los amuletos... las buenas formas, las costumbres y la tradición... tus maestros, tus hermanos y tus amigos...
Antes de que supieras que yo existía, yo dividí tu alma en un mundo de luz y uno de oscuridad. Un mundo de lo que está bien y otro de lo que no lo está. Yo te traje tus sentimientos de vergüenza, te mostré todo lo que hay en ti de defectuoso, de feo, de estúpido, de desagradable. Yo te colgué la etiqueta de “diferente” cuando te dije por primera vez al oído que algo no andaba del todo bien contigo.
Existo desde antes de la conciencia, desde antes de la culpa, desde antes de la moralidad, desde los principios del tiempo, desde que Adán se avergonzó de su cuerpo al notar que estaba desnudo... y lo cubrió.
Soy el invitado no querido, el visitante no deseado, y sin embargo soy el primero en llegar y el último en irme. Me he vuelto poderoso con el tiempo, escuchando los consejos de tus padres sobre cómo triunfar en la vida. Observando los preceptos de tu religión, que te dicen qué hacer y qué no hacer para poder ser aceptado por Dios en su seno. Sufriendo las bromas crueles de tus compañeros de colegio, cuando se reían de tus dificultades. Soportando las humillaciones de tus superiores. Contemplando tu desgarbada imagen en el espejo y comparándola después con las de los “exitosos” que se muestran por televisión.
Y ahora, por fin, poderoso como soy y por el simple hecho
de ser mujer,
de ser negro,
de ser judío,
de ser homosexual,
de ser oriental,
de ser discapacitado,
de ser alto, petiso, o gordo...
puedo transformarte...
en un tacho de basura, en escoria,
en un chivo expiatorio,
en el responsable universal,
en un maldito bastardo desechable.
Generaciones y generaciones de hombres y mujeres me apoyan. No puedes librarte de mí. La pena que causo es tan insostenible que para soportarme, deberás pasarme a tus hijos, para que ellos me pasen a los suyos, por los siglos de los siglos. Para ayudarte a ti y a tu descendencia, me disfrazaré de perfeccionismo, de altos ideales, de autocrítica, de patriotismo, de moralidad, de buenas costumbres, de autocontrol.
La pena que te causo es tan intensa que querrás negarme y para eso intentarás esconderme
detrás de tus personajes,
detrás de las drogas,
detrás de tu lucha por el dinero,
detrás de tus neurosis
detrás de tu sexualidad indiscriminada.
Pero no importa lo que hagas, no importa adónde vayas, yo estaré allí siempre allí. Porque viajo contigo día y noche sin descanso, sin límites. Yo soy la causa principal de la dependencia,
de la posesividad,
del esfuerzo,
de la inmoralidad,
del miedo,
de la violencia,
del crimen,
de la locura.
Yo te enseñé el miedo a ser rechazado, y condicioné tu existencia a ese miedo. De mí dependes para seguir siendo esa persona buscada, deseada, aplaudida, gentil y agradable que hoy muestras a los otros. De mí dependes porque yo soy el baúl en el que escondiste aquellas coas más desagradables, más ridículas, menos deseables de ti mismo.
Gracias a mí, has aprendido a conformarte con lo que la vida te da, porque después de todo, cualquier cosa que vivas será siempre más de lo que crees que mereces.
¿Has adivinado, verdad?
Soy el sentimiento de rechazo que sientes por ti mismo.
SOY... EL SENTIMIENTO DE RECHAZO QUE SIENTES POR TI MISMO.
(Jorgue Bucay, "dejame que te cuente")
Llegué a ti antes de que pudieras hablar, antes aun de que pudieras entender algo de lo que los otros te hablaban. Estaba ya, cuando torpemente intentabas tus primeros pasos ante la mirada burlona y divertida de todos. Cuando estabas desprotegido y expuesto, cuando eras vulnerable y necesitado.
Aparecí en tu vida de la mano del pensamiento mágico, me acompañaban... las supersticiones y los conjuros, los fetiches y los amuletos... las buenas formas, las costumbres y la tradición... tus maestros, tus hermanos y tus amigos...
Antes de que supieras que yo existía, yo dividí tu alma en un mundo de luz y uno de oscuridad. Un mundo de lo que está bien y otro de lo que no lo está. Yo te traje tus sentimientos de vergüenza, te mostré todo lo que hay en ti de defectuoso, de feo, de estúpido, de desagradable. Yo te colgué la etiqueta de “diferente” cuando te dije por primera vez al oído que algo no andaba del todo bien contigo.
Existo desde antes de la conciencia, desde antes de la culpa, desde antes de la moralidad, desde los principios del tiempo, desde que Adán se avergonzó de su cuerpo al notar que estaba desnudo... y lo cubrió.
Soy el invitado no querido, el visitante no deseado, y sin embargo soy el primero en llegar y el último en irme. Me he vuelto poderoso con el tiempo, escuchando los consejos de tus padres sobre cómo triunfar en la vida. Observando los preceptos de tu religión, que te dicen qué hacer y qué no hacer para poder ser aceptado por Dios en su seno. Sufriendo las bromas crueles de tus compañeros de colegio, cuando se reían de tus dificultades. Soportando las humillaciones de tus superiores. Contemplando tu desgarbada imagen en el espejo y comparándola después con las de los “exitosos” que se muestran por televisión.
Y ahora, por fin, poderoso como soy y por el simple hecho
de ser mujer,
de ser negro,
de ser judío,
de ser homosexual,
de ser oriental,
de ser discapacitado,
de ser alto, petiso, o gordo...
puedo transformarte...
en un tacho de basura, en escoria,
en un chivo expiatorio,
en el responsable universal,
en un maldito bastardo desechable.
Generaciones y generaciones de hombres y mujeres me apoyan. No puedes librarte de mí. La pena que causo es tan insostenible que para soportarme, deberás pasarme a tus hijos, para que ellos me pasen a los suyos, por los siglos de los siglos. Para ayudarte a ti y a tu descendencia, me disfrazaré de perfeccionismo, de altos ideales, de autocrítica, de patriotismo, de moralidad, de buenas costumbres, de autocontrol.
La pena que te causo es tan intensa que querrás negarme y para eso intentarás esconderme
detrás de tus personajes,
detrás de las drogas,
detrás de tu lucha por el dinero,
detrás de tus neurosis
detrás de tu sexualidad indiscriminada.
Pero no importa lo que hagas, no importa adónde vayas, yo estaré allí siempre allí. Porque viajo contigo día y noche sin descanso, sin límites. Yo soy la causa principal de la dependencia,
de la posesividad,
del esfuerzo,
de la inmoralidad,
del miedo,
de la violencia,
del crimen,
de la locura.
Yo te enseñé el miedo a ser rechazado, y condicioné tu existencia a ese miedo. De mí dependes para seguir siendo esa persona buscada, deseada, aplaudida, gentil y agradable que hoy muestras a los otros. De mí dependes porque yo soy el baúl en el que escondiste aquellas coas más desagradables, más ridículas, menos deseables de ti mismo.
Gracias a mí, has aprendido a conformarte con lo que la vida te da, porque después de todo, cualquier cosa que vivas será siempre más de lo que crees que mereces.
¿Has adivinado, verdad?
Soy el sentimiento de rechazo que sientes por ti mismo.
SOY... EL SENTIMIENTO DE RECHAZO QUE SIENTES POR TI MISMO.
(Jorgue Bucay, "dejame que te cuente")